Entrevistas

 

02-07-2009

The Brass Buttons, sonido americana a la gaditana


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Los gaditanos Brass Buttons han fraguado un impecable debut discográfico, “Wet Behind the Ears”, repleto de preciosas canciones aferradas al country alternativo y pop. Un disco con clase, exquisitas melodías, personalidad y muy buen gusto. Confeccionado por antiguos miembros de Maddenig Flames y Driver 8, ha contado con la producción de Paco Loco y la edición de Rock Indiana. Garantía de éxito.  

The Brass Buttons sois una formación reciente, nacida en 2006 en el Puerto de Santa María, pero algunos miembros gozan de cierta experiencia en el mundo de la música.

Sí, salvo María y David Gómez, para los que The Brass Buttons es su primera banda, el resto llevaba bastante tiempo tocando en otros grupos. Tras la disolución de Maddening Flames, Juanlu decidió dar continuidad a Driver 8, banda paralela a la que estaba dando forma junto a Dani Selma. Víctor, que venía igualmente de otra banda local, completó como guitarrista la primera formación original. Antonio y David Ponce han pasado por diferentes formaciones, aunque eso sí, Antonio nunca antes como batería. 

No es ocasional que hayáis decidido bautizar al grupo con el título de una canción de Gram Parsons.

Bueno, la verdad es que el proceso de elección de nombre fue bastante entretenido. Hicimos varias propuestas, entre las que se encontraban algunos títulos de canciones. Lo cierto, es que después de un largo (pero transparente) periodo de votaciones nos decidimos por The Blueberry Muffins. Pocas semanas después de aquello, cayó en nuestras manos el disco ‘Thanks’ de Blueberry Hill, y nos pareció que ya eran demasiados ‘arándanos’ para la tarta, así que volvimos a meter la mano en la urna y salió Brass Buttons. 

Vuestro sonido es una combinación de folk americano, country alternativo y power pop sin descartar la utilización de sintetizadores, mandolina, teclado…

Creemos que la música que escribimos tiene el aroma de lo que llevamos dentro. Hemos crecido escuchando a los Beatles y a los Byrds a partes iguales. Pasamos muchas tardes de instituto escuchando discos de Poco, Jackson Browne, Long Ryders y REM, y después vinieron Teenage Fanclub, Uncle Tupelo, Matthew Sweet, Lucinda Williams, The Jayhawks, The Honeydogs y una interminable lista de grupos y autores que han ido llenando poco a poco la fuente de la que bebemos. Además, ahora es muy fácil montar una canción y empezar a probar arreglos con cuerdas, vientos y teclados en tu casa con el PC, cosa que hace poco tiempo era impensable. Esto nos ha ayudado mucho a dar forma a nuestras canciones antes de meternos a grabar en el estudio. 

Inevitable contar a la producción con un ilustre gaditano de adopción como es Paco Loco.

Paco es un productor excelente y un tío estupendo. A veces tenemos diferentes criterios en algunos aspectos acerca de cuál debe ser el sonido a buscar en el estudio; él es más partidario del directo, de la primera grabación, mientras que nosotros somos un poco más exigentes en este sentido. Creo que entre todos alcanzamos un punto intermedio, y esto resultó muy bueno para el disco. En cualquier caso, es un lujo tener a Paco tan cerca de casa. 

¿Cómo surgió vuestro idilio con Rock Indiana?

Cuando grabamos nuestra primera maqueta en el verano de 2007 la enviamos a un montón de sitios para ver si alguien tenía interés en publicarnos. Nadie contestó. Algunas semanas después tuvimos el atrevimiento de llamar a Rock Indiana, porque entendíamos que nuestro sonido estaba muy en la línea de los grupos del sello. Pablo Carrero nos dijo que lo había escuchado y no estaba mal, pero que le faltaba un poco. La maqueta la habíamos grabado nosotros en plan casero, pero la verdad es que el sonido y los arreglos no estaban nada mal para los medios que empleamos. Contenía once de las trece canciones que finalmente se incluyen en “Wet Behind the Ears”. Cuando en agosto de 2008 terminamos de grabar y masterizar, enviamos una copia a Pablo y una semana más tarde nos llamó para ofrecernos la posibilidad de unirnos al sello. No lo dudamos ni un instante. 

 

 

Habéis estado actuando en diversas ciudades españolas acompañando a The Primary 5, nuevo proyecto de Paul Quinn, otrora batería de Teenage Fanclub.

Esto sí que fue una sorpresa. Pablo nos llamó en Diciembre para proponernos acompañar a The Primary 5 y hacer un poco de promo de presentación de “Wet Behind the Ears”, que se publicó a finales de ese mes. Habíamos descubierto los discos de Paul Quinn un par de años antes y nos gustaban mucho sus canciones. En nuestra opinión Paul consiguió abrir la puerta que Teenage Fanclub no encontró. Fue un verdadero placer girar con ellos, no sólo por poder escucharlos en directo, sino porque son unos tíos majísimos. 

Además de los temas de vuestro primer trabajo, ¿interpretáis alguna versión en vuestros conciertos?

Nos gusta incluir siempre dos o tres versiones en nuestros directos. Cuando el proyecto de The Brass Buttons comenzó a andar, empezamos tocando versiones para que el grupo se fuese acoplando. Tocábamos canciones de Thad Cockrell, Gram Parsons, Kathleen Edwards, Tift Merrit o Kim Richie. La verdad es que tenemos una buena colección de versiones bien ensayadas. En los últimos conciertos solemos tocar alguna canción de Steve Earle o Lucinda Williams e incluso nos atrevemos de vez en cuando con el «Desperado» de los Eagles.  

“Wet Behind the Ears” es el titulo de vuestro debut discográfico. Explicarnos su significado.

Es una expresión que significa inocente, naïve, y que traducido literalmente hace referencia explícita a la inexperiencia de un bebé que acaba de nacer y que aún conserva la humedad del vientre de su madre. Decidimos poner este título al disco por ser nuestro primer álbum, y también porque mucha gente opina que la voz de María tiene mucho de inocencia. 

Para finalizar, ¿qué tiene Cádiz para que gran cantidad de los grupos allí existentes tenga simpatía por el sonido americana y derivados?

Pues la verdad es que no lo sabemos, pero es cierto que en Cádiz han nacido muchas bandas con este tipo de sonido. Debe ser una mezcla de sol, mar y ‘pescaito’ frito. 

Autor: Rafa García-Moreno

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