RESEÑAS DISCOGRÁFICAS

 

Rose City Band

Summerlong


1

Thrill Jockey

De una manera soterrada, casi subcutánea como lo es su música, Ripley Johnson se ha convertido en uno de los gurus del underground post milenial. Como tantos otros, Bobby Gillespie o Beck por poner un par de ejemplos, su arte está compuesto en alta proporción por las enseñanzas rapiñadas aquí y allá, y en mucho menor porcentaje de creatividad en estado puro. Músico polifacético, con capacidad para componer canciones como rosquillas, tanto en cantidad como en la cualidad esférica de muchas de ellas, su creatividad abarca varios frentes, desde las formas rock psicodélicas de Wooden Shjips con que se dio primeramente a conocer, como en esas albóndigas
flotantes en forma de canciones que forman el repertorio de Moon Duo (la otra componente es su pareja Sanae Yamada), y, at last but not least, su nueva creación en forma de nave country/cósmica que responde al nombre de Rose City Band. Viejo fan de Johnny Cash y Neil Young, quizás la inspiración campestre le haya llegado ahora tras abandonar la soleada California donde pasó por la universidad y dio sus primeros pasos musicales, y fijar su residencia en las montañas del interior de Pórtland. Lo cierto es que con este Summerlong, segundo lanzamiento bajo esta última denominación, Johnson ha depurado al máximo sus habilidades compositivas, como si en su cabaña de madera hubiese pasado las canciones por el alambique una y otra vez hasta lograr destilar la máxima pureza. Lo mismo que se puede afirmar que sus trabajos tienen un soniquete común que a veces puede resultar repetitivo, no es menos cierto que en esta ocasión cortes como “Real Long Gong” o “Reno Shuffle” te encaraman a una nube psicodélica que no para de dar vueltas sin moverse del sitio, imbuyendo al oyente en una plácida sensación de infinito bienestar. Vuelvo a insistir, no hay nada nuevo bajo el sol, pero la gran habilidad del barbudo Ripley es actualizar con tino las enseñanzas de Gram Parsons e incluso hacer atractivo en “Wee Hours” ese toque swing guitarrero que tanto recuerda a Mark Knopfler. En recientes declaraciones a MOJO, nuestro hombre reconocía su obsesión por crear música con utilidad práctica, y en este sentido hay que reconocer que con Summerlong ha dado en el clavo, introduciendo a sus oyentes en un eterno y narcótico verano que nunca querrán abandonar.

Autor: Manuel Borrero

Bookmark and Share