Entrevistas

 

08-02-2016

Automatics, ruidismo colorista


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Más de tres lustros después de su adiós, los linarenses recobran vida musical de manera sutil y refinada. Si durante los noventas se caracterizaron por aglutinar equilibradamente ruidismo con luminosidad, claridad y liquidez pop, en pleno siglo XXI las nuevas canciones contenidas en “Big Ear” (Clifford Records), flirtean con el pop pegadizo, el indie rock y el tecno. Toda una amalgama de sones coloristas que iluminan un regreso discográfico radiante. 

Manuel, tras dieciséis años de silencio, volvéis al ruedo musical. ¿Alguna razón en concreto os ha llevado a retornar o simplemente el placer de tocar viejos temas y componer otros nuevos?

En principio nunca pensamos en juntarnos, la reunión fue a consecuencia del concierto homenaje Dichosos 90 de la sala El Sol de Madrid. A raíz de esto nos ofrecieron varias fechas y aceptamos. Sabíamos que era algo temporal, que tendría un final. Mucho menos nos planteábamos la grabación de nuevo material, todos estábamos inmersos en nuestros diferentes proyectos: Husband, con su segundo disco recientemente publicado, y Universal Circus, grabando también nuevo LP.

¿Os picó el gusanillo tras comprobar que había respuesta con la publicación del recopilatorio 1991-2001 y los conciertos de reunión?

Sí, la grabación de dos temas nuevos para el doble, y la consiguiente gira provocó en parte de nosotros el deseo de volver a grabar un nuevo disco. Uno de los problemas era dejar momentáneamente aparcados nuestros otros proyectos, éramos conscientes de que Automatics sería prioritario. Volver después de tanto tiempo con nuevo disco es muy jodido, por regla general esto no funciona y tendríamos que estar al cien por cien. Ahora nos hemos dado cuenta que Automatics ha engullido todo lo demás, para lo bueno y para lo malo.

Publicáis nuevo álbum, “Big Ear”. Flamantes canciones más trabajadas, maduras y abiertas musicalmente que alguna de sus predecesoras.

El tiempo pasa, estos años nos han ayudado a madurar en todos los sentidos, el balón de oxigeno que han supuesto nuestros diferentes trabajos al margen de Automatics se nota en estas nuevas canciones. Es verdad que siguen sonando a Automatics pero con nuevos matices y un sonido más actualizado. Una continuación del «Wilson, Love Me», nuestro último single y tras el cual nos separamos, no tendría sentido.  No hemos aprovechado ni una sola canción del álbum que se quedó en puertas y del que aún conservamos la maqueta de pre-producción guardada en un cajón.

Si hubiera que elegir un término que englobara todo el disco yo utilizaría “experimentación”. ¿Estáis de acuerdo?

Hay más trabajo de bases electrónicas y programaciones. De no habernos separado sería la evolución que hubiera tenido el grupo a lo largo de estos años. Esto se lo debemos en parte a David Morales que es el nuevo miembro. Hemos intentado combinar nuestros temas de estructura clásica de siempre con sonidos más actuales. Además hay un par de canciones donde damos más libertad a la música y aparcamos la voz para hacer desarrollos más experimentales como es el caso de «Reagan & Carter», «1971» o «Someone». En cualquier caso seguimos sonando a Automatics porque nuestras guitarras marcan mucho la composición y no hay ni el más mínimo rastro de Husband ni Universal Circus.

Hay un poco de noise pop, indie rock pero también tecno («PuppetBoy», «1971»)  y kraut rock («HollowGlass»), sin abandonar la idiosincrasia y particular sonido de la banda.

Efectivamente, no queríamos cerrarnos puertas. Ahora hemos perdido un poco el miedo a componer temas que quizá años atrás hubiese sido impensable. «PuppetBoy» fue firme candidata a no entrar en el disco, la voz no nos gustaba como encajaba en la estructura, la solución fue un vocoder, de esa forma la integramos como un instrumento más; «1971» fue otra que casi se queda en el camino pero pensamos hacerla instrumental y como intro del LP, añadimos en la parte final una explosión de guitarras y así enlazamos lo experimental con el clásico sonido de Automatics; y «HollowGlass» tiene ese ritmo hipnótico que ya utilizamos hace años en «Sputnik… ». Por cierto ya nos criticaron por intentar imitar a Neu!.

¿No teméis que aquellas personas que conecten ahora con el grupo, que no os conocieron durante los noventa, tenga la sensación que vuestro sonido puede haber quedado desfasado, anclado en esa década?

Bueno, eso es algo que se nos escapa. Nosotros hemos intentado actualizar en lo posible estas nuevas canciones, si lo hemos conseguido lo veremos con el paso del tiempo. Es posible que no conecten con las nuevas generaciones, somos conscientes de que quizá no se adapte a los gustos musicales de los nuevos indies de aquí, pero no lo vemos tan lejano a lo que actualmente se está haciendo fuera de nuestras fronteras.

¿Elefant no se ha querido hacer cargo de este nuevo trabajo? Veo que lo publica Clifford Records. ¿O es una publicación conjunta?

Elefant siguen siendo amigos nuestros y nos ayudan en lo posible, son muchos años conociéndonos, empezamos en esta historia con ellos y la amistad sigue. Entendemos que Automatics no encajan en la nueva trayectoria del sello, pero es verdad que Luis Calvo nos echa una mano. En cuanto a Clifford Records solo podemos estar muy agradecidos, siempre ha apostado por el grupo y sin su confianza no tendríamos hoy este disco en la calle, no es fácil editar material de un grupo después de dieciséis años de inactividad. Clifford siempre confió en Automatics, dio el paso con el doble recopilatorio y después con este nuevo disco.

Me llama la atención que siendo un grupo de Linares nunca hayáis tocado en vuestra ciudad. ¿Alguna razón en especial?

Nosotros no tenemos ningún problema con tocar en nuestra ciudad, simplemente es una cuestión tan sencilla como que en los 90 nadie se interesó por nosotros y ahora pues prácticamente igual.

¿Habéis subsanado esta deuda histórica con vuestra ciudad?

No, tampoco nos quita el sueño, nosotros vamos donde nuestra agencia de management nos dice, es así de simple, si mañana nos dicen de tocar en Linares pues vamos.

En el libro “Pequeño Circo” de Nando Cruz afirmáis que a pesar de que «salías en muchos fanzines y revistas, en realidad el indie era un bluf. Había muchos sellos independientes, salían muchos discos, pero no había publico». Leído el libro, llegas a la conclusión que ahora  hay mucha gente que opina así sobre el indie noventero.

Había muchísima oferta de discos, fanzines, revistas, grupos, etc… ¿Se correspondía la oferta con la demanda? Lo más seguro es que no. De todas formas, tampoco fue todo tan negativo como lo quieren pintar, se han consolidado festivales y hay un mínimo circuito de salas, antes era penoso. En fin, que en varios aspectos aquellos años ayudaron a consolidar la escena. La prensa musical estaba encantada y las radios también, después vino la criba y se acabó la historia, ahora llueven las criticas pero todos se apuntaron al carro en su momento.

Si hay dos cosas, además de la música, por la que se recuerda a Automatics es porque eran muy fiesteros y bromistas.

Teníamos veintitantos, nos gustaba la fiesta y reírnos de todo, no entendíamos el porqué sorprendía y molestaba, éramos mucho mas rock and roll que ninguno. Bueno quizá estaban a nuestra altura Los Planetas, pero nos creamos una mala fama que seguimos sin entender. Ni rompíamos hoteles ni nada parecido, solo nos divertíamos después de los conciertos. En ese aspecto si que no entrabamos en los cánones del indie-pop.

Creo que atesoráis innumerables anécdotas y curiosidades con músicos de renombre, como es el caso de TheJesus& Mary Chain, The Stone Roses o TheCharlatans.

Bueno, en el caso de Jim Reig prácticamente nos mandó a la mierda por estar toda la noche detrás de él poniéndole pegatinas de Automatics en la espalda (risas)…. mejor dejarlo, podríamos estar contando tonterías un mes.

Por último, tengo constancia de que algún miembro del grupo es padre. ¿Qué opinaríais si vuestros hijos os dijeran que quieren dedicarse a la música?

Mi hermano Javier, bajista del grupo, tiene un crio de 5 años y yo tengo una hija de 18 años. Si mañana deciden dedicarse a la música pues adelante, que hagan lo que les apetezca, vivir de esto ya es otra cosa.

 

Autor: Rafa García-Moreno

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