Volvían a visitarnos Redd Kross, como siempre levantando gran expectativa. Como teloneros, Biscuit. Los de Vilanova encajaron a la perfección, su potente sonido y su garra sobre el escenario no dejan indiferentes. Veteranos de los escenarios catalanes, están curtidos en estas lides y saben como ganarse al público desde la primera canción. Guitarras rockeras, power-pop sesentero con sonido propio y personalidad. No se entiende como no han llegado más lejos. Cosas de este país en el que vivimos. Excelente entremés para el plato principal que venía después, nos dejaron a punto de caramelo.

Los hermanos McDonald y los suyos saltaron al escenario seguidamente para entregarnos una fiesta de Rock and Roll, como el propio Steven nos prometió. Había tenido una visión esa misma mañana visitando la Sagrada Familia. Empezaron con “Switchblade Sister” y se desató la fiesta. Power-pop enérgico y explosivo sin concesiones, bubblegum a punto de explotar, de esos que te hace bailar hasta caer reventado. La banda funcionó como un pistón perfectamente engrasado, con un Jason Shaphiro afilado y certero y un Roy McDonald pletórico, y por supuesto con los dos hermanos cabezas pensantes de esta banda en plena euforia rock. Bien es cierto que Jeff no llegaba en algunos momentos con la voz, sobre todo en los temas nuevos, pero eso no impidió que pudiéramos disfrutar de su presencia en el escenario con su elegancia amanerada combinando a la perfección con la locura extrema de Steven. Entre los temas que pudimos bailar y corear hasta quedarnos afónicos, clásicos de la banda como “Annie's gone”, “Mess Around”, “Pretty Please Me”, “Frosted Flake” o “Cover Band”. Y antes de los bises una espectacular “Crazy World” que enloqueció al público. Se despidieron con el “Deuce” de Kiss, honrando a una de las bandas favoritas de Steven. Hasta la próxima vez que visiten nuestra ciudad probablemente con un disco nuevo bajo el brazo. Allí estaremos.

Autor: Anabel Vélez