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21-12-2008

Purple Weekend 2008


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Siempre es un placer volver a León y reencontrase con la belleza de su catedral, la gastronomía y un festival decano en España (esta es la edición número veinte) ajeno a la fiebre de los que pueblan en verano la piel de toro. Además del Pabellón Hispánico

Siempre es un placer volver a León y reencontrase con la belleza de su catedral, la gastronomía y un festival decano en España (esta es la edición número veinte) ajeno a la fiebre de los que pueblan en verano la piel de toro. Además del Pabellón Hispánico, epicentro de los directos más destacados, la ciudad reparte entre diversos escenarios una mayor oferta cultural, que aparte de gratuita, permite conocer cada año a una representación destacada del beat y del garage internacional y nacional sin que haya apenas tiempo para acabar las tapas con tranquilidad. Tapas que se merecerían una crónica propia y más apasionada de la estrictamente musical, que es la que sigue a continuación.


El viernes día 5 regresaron a los escenarios la banda catalana Los Negativos, pieza fundamental del sonido sixtie español gracias a su archifamoso álbum “Piknik Caleidoscópico”. El “Exile On Main Street” patrio para muchos (¿o deberíamos decir el “Their Satanic Majesties Request”?) fue grabado en plena era del garage revival foráneo, 1984 (reeditado en 2005 por Mushroom Pillow) y que a día de hoy continua siendo un referente para los nostálgicos de la psicodelia y demás sonidos añejos. Con trabajo nuevo en ciernes, basaron su repertorio precisamente en las canciones de su primer disco, léase “Cigarras Panameñas”, “Moscas y Arañas” o “Graduado en Underground”, amén de material nuevo que parece ser representarán en sala. Más sólidos cuando más enérgicos (es decir, en garage o psicodelía), terminaron con el agridulce regusto paseándose por nuestros paladares de que podía haber sido mejor.

La jornada siguiente comenzó con los británicos The Chords. El lastre del sonido arrastró los apenas sesenta minutos de su actuación, mácula del Hispánico con la que hay que lidiar. Otros de los grandes exponentes ingleses del revival mod, desconocidos para los que se enfocaron sus oídos a Undertones, Buzzcocks o The Jam y que cuentan con una colección de singles como “Breaks My Heart” “Maybe Tomorrow”, con la que se despidieron prometiendo nuevas giras. Turno para Lori Meyers. Que digan lo que quieran, pero los granadinos están a otro nivel. Si antes hablábamos de las carencias sonoras del lugar, ellos las subsanaron compactándose como saben hacerlo. Aunque no del todo fieles al espíritu que invoca el Purple Weekend- son jóvenes y no revivalistas-, existen reminiscencias a Brincos o Juan Pardo y Junior, que les colocan sin tanto problema en el cartel. Tanto de “Cronolánea” como de trabajos anteriores, fueron los responsables de que el sábado el pabellón rebosara de gente. El tercero en discordia esta noche era Rudi Potrudi y sus Fuzztones, de aquí a unos años convertido en una caricatura de si mismo y que muchos recordamos sus directos por lo nefasto del asunto. Así, con el escepticismo tatuado le acabamos indultando a pesar de abusar de versiones (cinco de los Sonics, ¡y dos en el bis!), y es que la banda le salvó la papeleta. La sección de viento tuvo buena culpa de ello. El cancionero repartido entre “In Heat”, “Lysergic Emanations” y su último disco “Horny As Hell”. Igual de esta remonta, quién sabe.


El día siguiente desayunamos con los madrileños Los Coronas en el museo Musac. Pocas bandas hay ahora que les hagan sombra y no sólo en lo suyo, el surf. Escenografían un directo que comprende a los mejores músicos de este país. Fernando pardo, David Krahe, Javi Vacas y Loza. Sin palabras. Antes de comer pusieron patas arriba a la sección más madrugadora del Purple, que a la tarde, ya en el Hispánico, partió para ver a los holandeses The Outsiders. Perdieron la batalla al sonido, al frente de la cual luchaba el espíritu del bueno de Wally Tax a base de ryhthym and blues. Puso broche al Purple Weekend 2008 Joe Bataan y el colectivo catalán Los Fulanos, que le acompaña en esta gira donde el neoyorquino, que redimido tras salir de la trena hace unos años por pre-latin king, predica la palabra del boogaloo y el latin- soul con el don del que nace y convive con ello. No estuvo en el podium del festival- en ocasiones el recital se acercaba peligrosamente al de la verbena- pero la sensación de que en locales más acotados la cosa puede dar más de sí era evidente.

Fotografía: Felipe Hernández

Autor: Álvaro Fierro

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