Sería interesante inquirir al autor de esta obra sobre su relación con los productores de sus discos, saber cuales son las motivaciones para elegirlos. Siento curiosidad por su respuesta, ya que se suceden los nombre de peso a los controles, a la par que la carrera de este cantautor de New Hampshire avanza se diría libre de ataduras, guiada por su particular inspiración, exenta de influencias externas. Hace algunos años eligió a Ethan Johns, un artista con el que sin duda comparte referencias educacionales; en esta ocasión el responsable es el hombre de My Morning Jacket, Jim Jones, y a Lamontagne le ha salido un disco inspiradamente etéreo, alejado de la pánfila vacuidad propia de su mentor. Cósmico y tremendamente sentido, envuelto en portada propia de la era Hipgnosis, cierto tufillo new age/zen en todo el envoltorio, nuestro hombre flota en una nube escapada de la mitad de los setenta, pacífico cirro desde el que nos envía alargadas ráfagas de ensoñación cósmica, modosos riffs de guitarra susurrando buen rollo en el caso de “Hey, No Pressure”, empapándonos con el sirimiri de la sensibilidad que, con temas como el inicial “Homecoming” o “In My Own Way”, calará hasta los huesos a los espíritus más cándidos.

Autor: Manuel Borrero