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26-05-2011

Nuevo country del siglo XXI


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La música country, aquella que tocaban un grupo de vaqueros texanos bajo el porche de su casa de madera, está recobrando presencia y prestigio en los últimos años. Aunque queda poco de aquellos cowboys, el banjo, las botas y los sombreros se mantienen intactos al paso del tiempo. 

Quizás fue la jovencita Taylor Swift en 2006 quien dio el pistoletazo de salida, poniendo en el top de ventas sus canciones country ligeramente edulcoradas o quizás se venía fraguando tiempo atrás (no hay que olvidar la película sobre Johnny Cash, “Walk the line”, 2005). El hecho es que una de las músicas folclóricas más populares del mundo vuelve a estar presente en el panorama musical más actual. 

Para corroborarlo, este año sale a la gran pantalla la última película que protagoniza Gwyneth Paltrow, “Country Strong”. La cinta ha conseguido que la actriz se meta a cantante de country pop, un estilo suavizado de lo que fue la banda sonora del viejo oeste. Es normal que se mezclen unos con otros, hay que adaptarlo a los nuevos tiempos e intentar que el mercado lo absorba. Y la fórmula funciona (que le pregunten a BigMachine Records por las ventas de la señorita Swift). 

El siguiente eslabón de la cadena es Lady Atntebellum, un grupo americano de country que obtuvo, entre otros, el Grammy a Mejor Canción del Año 2011 con la muy repetida en los medios “Need You Now”. 

Otro buen ejemplo, aunque más discreto, es el del cantante americano Daniel Martin Moore, que acaba de lanzar su disco “In the cool of the day”. En él Daniel se ha servido de melodías góspel para algunos temas hechos a la antigua usanza como “Dark road” (con ritmos binarios repetitivos e instrumentos como la mandolina y el banjo), donde su trabajo recuerda al folclore americano de principios del XX. Pero también hay una pequeña concesión a otros estilos, jazz y alguna cadencia soul en temas como “In the cool fo the day”, matices que llegan a ser tan marcados como para hacer cierta la creencia popular de que los músicos country son proclives a la depresión, a la melancolía y a la tristeza. El de Moore es un trabajo bien hecho, donde se ha cuidado especialmente la originalidad del estilo y la “intromisión” de novedades con tacto y sutileza.    

Volviendo al country, ya sea mezclado con jazz, pop o edulcorado quién sabe cómo, es evidente que está de vuelta, confirmando la teoría de los que opinan que las músicas del mundo (y esta es una de ellas) se están teniendo cada vez más en cuenta. Hasta en España tenemos un grupo con marcadas influencias del folclore americano: los leoneses The Bright, que cantan en inglés su disco Soundtrack for a Winter’s tale, con temas de estilo country.   

De cualquier manera, la pregunta más importante es: ¿mejor conservarlo en estado puro o que se vuelva a escuchar pese a que llegue un poco “disfrazado”? 

D.M.Moore graba con Sub Pop Records

Autor: Esther Martin Sanchez-Ballesteros

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