Los australianos probablemente sea uno de los grupos más fructíferos y prolíficos tanto de su país como de resto mundo. Disco tras disco, en un margen de tiempo escaso, exprimen su peculiar amalgama de rock, psicodelia, garage o folk sin titubeos ni remilgos. Su ¿último? disco, y lo entrecomillo porque igual cuando leas esto tienen uno nuevo, o cinco, es un ráfaga de nueve canciones, entrelazadas, sin respiro, que mantienen el tipo en lo más alto, de principio a fin. Desde “Robot Stop” hasta “Road Train” saben cómo tener al oyente atento a su música. Canciones de calidad, pegadizas y con gancho, algo que muchos grupos hoy en día carecen de la inteligencia suficiente para poder crear. Solo falta que se pasen por nuestro país para demostrar en directo de qué son capaces. 

Autor: Rafa García-Moreno