Conciertos

 

31-03-2011

Hollywood Sinners & The Government. El Sol, Madrid


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Acudimos el pasado sábado a la sala El Sol a la presentación del nuevo LP de los Hollywood Sinners, banda que a pesar de su procedencia toledana podrían entrar en el calificativo de “héroes locales”. Por lo tanto se esperaba un ambiente de los buenos, uno de esos conciertos con afluencia de rostros conocidos y gente habitual de la escena garagera y rockandrolera de la ciudad. Lamentablemente no fue así, y la escasa presencia de público para una sala tan grande como El Sol deslució la noche, ya que los Hollywood Sinners son una de esas bandas de directo demoledor, que convierten sus shows en una fiesta, y que gustan de interactuar con el público, abatiéndose sobre él cuales águilas de garras afiladas en busca de impresionadas presas sometidas a la tormenta sónica que el antaño cuarteto y ahora trío desemboca en escena. Pero dejémonos de factores externos a la banda tales como la afluencia o respuesta del público para centrarnos exclusivamente en la música. En primer lugar hemos de  congratularnos de la sorpresa que nos llevamos por el buen hacer de los teloneros The Government, un trío cuyos miembros ya conocemos por otras aventuras más delirantemente punks, por lo que nos sorprendió verles manejándose con soltura en las procelosas aguas de un proto-punk musculoso empapado de proteico soul a lo Detroit, emparentándose en esa línea tejida desde los MC5 hasta los corajudos escarceos de Scott Morgan y Nick Royale en los últimos años en este tipo de músicas. No es una apuesta fácil la suya, y menos aún salir airosos como lo hacen. No pude evitar acordarme de otra banda absolutamente infravalorada y que se mueven en parámetros parecidos, como son los abulenses La Reacción, y preguntarme qué es lo que impide a estas bandas salir a la superficie cuando musicalmente lo tienen todo, quizás la falta de publicidad, de apoyo adecuado, o el no moverse en ninguna escena endogámica y sectaria es lo que las condena a cierto ostracismo… o en el caso de los Government que nos ocupa, quizás sea achacable también a la hiperactividad de sus miembros, haciendo bueno el viejo dicho oriental de que quien cava demasiados hoyos no hace ninguno profundo. Ciertamente deberían apostar por este brioso proyecto, en el que empujados por poderosos riffs las melodías erupcionaban escupidas por un vocalista titánico. Su soul-punk tamizado de high energy bien les podría colocar como unos Dirtbombs o Bell-Rays patrios.     

Tras la buena impresión dejada por el trío madrileño aparecieron en escena los Hollywood Sinners, de quienes hay que volver a reiterar que, para un grupo de sus características y habitual catarsis escénica con apológicos fin de fiesta, el frío ambiente de la sala les supuso un hándicap evidente. Una pena que la presentación de su mejor trabajo hasta la fecha no nos pudiese ofrecer una de esas actuaciones de los toledanos que se te quedan en la retina y la memoria. De modo que cumplieron con algunos clásicos de su enjundiosa carrera (más de diez años ya… lo cual en los tiempos que corren, para una banda que no se dedica profesionalmente a la música, es digno de resaltar) como son “Midnight pleasure” o “Todo el mundo haciendo el down”, o el enloquecido y clásico de su repertorio “I wanna be your man”, que han tenido el acierto de plastificar por fin en su nuevo LP, y dedicaron la mayor parte del bolo a presentar los nuevos temas de “Disastro garantito” (aunque dejaron fuera la que canción que creo que más engancha tras las primeras escuchas “Huracán Paquito”) pero desgranaron gran parte de ese nuevo trabajo que, aún siguiendo los parámetros habituales de la banda, muestra algunos signos de madurez. Siguen siendo unos salvajes de mucho cuidado, pero las composiciones cada vez están un poco más elaboradas, ya no se busca tanto la burricie y la velocidad, y tratan de acercarse al garage más puro y limpio. Aún así cuando mejor funcionan es en esos momentos en que ponen la locomotora a tope de rock and roll sencillo y directo, como ese “That’s alright” de Gary US Bonds que tan bien puede funcionar en directo. Es cierto que es una banda que sigue fiel a un sonido y a un estilo (“no cambiaremos nuestro estilo”, llegaron a titular su segundo LP), pero sería injusto no reseñar esos pequeños matices y detalles que se aprecian en unas canciones cada vez mejor escritas en un nuevo trabajo que echa a rodar tras una presentación madrileña que nos deja un pequeño sabor amargo de no haber vivido una de esas noches míticas de los pecadores toledanos de Hollywood, incluso incluyendo un improvisado ejercicio de go-gos que se quedó en un “quiero y no puedo”. Una lástima que una banda acostumbrada a golpear en directo sin piedad haya tenido tanto frío a su alrededor esa noche, no obstante me juego mi colección de penthouses a que su nuevo trabajo será largamente coreado por los fieles garageristas del globo durante los próximos meses en los peores antros de nuestro planeta. 

Fotografía: Felipe Hernández

Autor: Pepe Kubrick

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