Entrevistas

 

22-10-2012

Gog y Las Hienas Telepáticas, tratamiento de choque contra el tedio


1

"El punk no es sólo música. Es un reto que consiste en plantearse todo lo que se hace, se piensa y se siente’’. (Pete Shelley, The Buzzcocks)

Galicia sigue escupiendo buena música. Lejos de asumir el habitual conformismo que inunda los territorios alejados de los núcleos duros —las vacas sagradas de Madrid, Barcelona y Bilbao—, la región todavía tiene vitalidad para dar coces, la suficiente para que miremos al oeste y les prestemos la atención que merecen. Esta vez la sorpresa llega de Pontevedra: Gog y Las Hienas Telepáticas. Al amparo de este descriptivo nombre se esconden tres veteranos y supervivientes de la escena punk: el guitarrista José Antonio Pérez (aka Joao Avalanch), el bajista Luis Boullosa (aka Cowboy Iscariot) y el baterista Eduardo Cividanes (aka E.C.).

Con motivo de la reciente publicación de su primer álbum, y que vienen a presentar a Madrid (sala La Faena II, sábado 27 de octubre), nos hemos puesto en contacto con ellos. Titulado Gloat —grabado en tres días en una bodega gallega con el estudio móvil Resacola de Luis de Castro (guitarrista de 5 Cobras) y mezclado por Antonio Astray en sus estudios Fonoraptor de Madrid—, es un trabucazo de sonido obeso con el que los gallegos se rejuvenecen a sí mismos. Un prodigioso ejercicio de punk paquidérmico capaz de desecar el diminuto cerebro de fans de Coldplay en apenas 31 minutos. Un álbum cojonudo y con cojones, cosa rara en el decadente panorama punk-rock, la peor pesadilla de indies, gafapastas y abajofirmantes de manifiestos contra el calentamiento global. La invasión de la cultura de tendencias es un hecho y Gog y Las Hienas Telepáticas son un brutal instrumento como tratamiento de choque. Lo que inicialmente iba a ser unas pocas preguntas al calor de unas cañas de cerveza acerca de su debut discográfico, degeneró en una laaaaarga charla donde se habló de todo excepto de la cópula del ornitorrinco.

Sácame de dudas, ¿sueñan los androides con las hienas telepáticas?

(Joao Avalanch) Entre las múltiples capacidades de las hienas telepáticas se encuentra la habilidad de reventar los circuitos de cualquier androide, con lo que el efecto "sueño" que apuntas podría ser factible. Sin embargo, dudo que los autómatas puedan soñar, ni siquiera con ovejas eléctricas.

(Cowboy Iscariot) Puede que tengan sueños húmedos con nosotros, sí. Bastante frustrantes por su consabida carencia de órganos sexuales… En todo caso, la mayor parte de nuestro público está hecho de carne y hueso. Más hueso, quizá, que carne… Gente recia a la que le gusta el ruido que hacemos que, la verdad, es bastante. Nuestro primer bolo fue en un garito de marineros. La primera vez en mi vida que me increpan por hacer un medio tiempo y me piden más y más caña. Al final amenazaron con pincharnos las ruedas si no seguíamos tocando. Grandes personas, borrachos todos. También hemos tocado en lugares donde era discutible que el público fuese puramente humano, pero al menos eran cariñosos. El amor cuenta. ¡Gog es amor!

Acumuláis en vuestro currículo varias bandas. ¿Es cierto eso de que un artista satisfecho es un artista acabado?

(J.A.) La satisfacción y la insatisfacción son tan sólo dos de los múltiples modos que pueden dar origen a una actividad artística.

(C.I.) Joao Avalanch y yo estuvimos juntos en una banda absolutamente incomprendida que se llamaba La Camada (luego, Master Disaster Gang). Es una de las pocas personas con la que componer es un proceso relajado, fluido y fructífero. Somos amigos desde los dieciséis años o así, y la primera vez que pensé en formar un grupo ya fue con él (o al revés). Yo he estado en otros cuatro o cinco grupos (Goodby Mass, 5 Cobras, Los Molestones, etc.). E.C. también es veterano de bandas como los insignes No Way. Somos lo que se dice veteranos, algún día tenía que llegar. Pero hay pilas para rato…

Un hombre satisfecho (aunque no sea artista) es un hombre en una encrucijada, supongo. Los hay que optan por quedarse para siempre en esa encrucijada porque, ya se sabe, pasa más gente que campo a través y se está más cómodo. Por eso el mundo está lleno de gente repitiéndose a sí misma. Luego, un día se dan cuenta, pero para entonces ya suelen ser demasiado viejos. En el rock&roll pasa todo el rato. Sobran las bandas que repiten hasta la nausea un discurso supuestamente válido que ni siquiera es suyo. No diré nada de los Motörhead o de los Ramones, porque cuando inventas la Coca-Cola es lógico que uses y abuses de la fórmula pero, en fin, no es nuestro caso. Hacemos punk y tenemos nuestras evidentes limitaciones como músicos, pero siempre se cambia, siempre se evoluciona… nuestro disco, pese a ser rocoso y algo opaco, es un ejemplo de que se puede hacer música arraigada en una tradición sin copiar a nadie. Francamente, el tiempo que hay es el que hay, y hay que emplearlo en aquello que uno considere necesario, hermoso y válido. El resto es esclavitud (auto)encubierta.

¿Qué es lo mejor y lo peor de tocar en una banda de rock?

(J.A) Lo mejor es tocar, expulsar ansiedades en forma de abundante sudor y la gente que conoces por el camino. Lo peor, sin duda, cargar con el equipo.

(C.I) Para mí lo mejor y lo peor es que el mito de sexo drogas y rock&roll es mentira. Lo digo por si alguien no se ha enterado. Es lo peor porque no estaría mal que fuera cierto, pero también es lo mejor darse cuenta de que el mito es falso, porque detrás de él hay una historia cojonuda, creativa, libre. Expresión libre. El otro día le decía a alguien que lo mejor de la poesía es que como nadie te escucha puedes decir lo que quieras, no hay espacio para la autocensura. Esto es más o menos igual. En todo caso, yo entré en todo esto vía hardcore y demás. Las vanidades de rock-star siempre me parecieron chorradas trasnochadas y patéticas.

Iggy Pop dijo que el principal hito de los Stooges fue que pusieron fin al hipismo de los sesenta. ¿Cuál es el principal hito que le gustaría conseguir a Gog y Las Hienas Telepáticas?

(J.A.) En principio, no queremos acabar con nadie. Como dice nuestro amigo el cabo Castro, “cada cual a su paranoia”. Gog is luv. Lo nuestro no se trata de acabar o conseguir nada, más bien lo veo como una carrera meteórica hacia ninguna parte en la que disfrutamos del divertido y vertiginoso recorrido.

(C.I.) Volver de lleno al hipismo para poder matarlo otra vez. Fuera coñas, no creo que haya tanta distancia entre el hipismo y el punk. Creo que son la misma corriente de liberación. El punk tomó el relevo cuando la generación anterior se corrompió, y lo hizo con otras maneras y desde un entorno social distinto, pero en esencia es igual. Y no es nada nuevo. Es una pulsión constante a lo largo de los tiempos. Es humano. Es consustancial. Y es escaso, por desgracia.

¿Cómo definiríais vuestro sonido y vuestro estilo? ¿Qué aporta cada uno? ¿Qué lo diferencia del de otras bandas punk?

(J.A.) El sonido es denso, pesado, nebuloso, chirriante, altamente inflamable, machacacráneos de manera ocasional y agrestemente variado. El estilo: rock-punk infeccioso por vía telepática. En cuanto a lo que aporta cada uno…

(E.C.) Ritmos de alabastro, adagios de soslayo, giros de cabeza imposibles, matices varios e intensidad.

(C.I.) Opacidad y profundidad sonora y canora. Continua mala hostia resacoide y afabilidad infinita a partes iguales. Conceptos artísticos bipolares. Correrías nocturnas. Referencias culturales a degüello. Análisis de la realidad objetiva propio de un chivo de aspecto cambiante. Consejos de índole espiritual. Demoliciones mentales... Podría seguir.

(J.A.) O todo o nada. En resumen, cada uno aporta su trastorno personal hasta que se convierte en colectivo. La diferencia fundamental con otras bandas es que nos ampara el poder y la influencia de alguien tan relevante como Gog.

¿Cuál ha sido vuestra evolución desde vuestras bandas anteriores? Según lo veo yo, vuestro estilo es ahora más pesado y no tan rápido como en anteriores bandas.

(J.A.) Con los años se aprende que a veces más lento puede ser más potente y frenético (como ya sabían los Flipper). Por otra parte, además de Gog y Las Hienas, tenemos otro proyecto paralelo en ciernes, Magog, en el que tratamos de explorar y desplegar nuestra avaricia en otras direcciones.

¿Cómo es vuestro método de trabajo?

(J.A.) En mi caso, las líneas que llevo a la banda suelen ser fruto de momentos de extrema soledad en una ratonera privada a la que suelo acudir con frecuencia. Después el grupo las mastica, se las traga y posteriormente podemos vomitarlas en formato audio. Generalmente partimos de una línea más o menos estructurada y balbuceada a la que luego se le añade una letra (adaptando alguna de las numerosas y escabrosas que tiene Cowboy Iscariot, o intentando hacer yo alguna). Esta línea pasa a talleres con Iscariot donde la pulimos y definimos para que finalmente E.C. la termine de descalabrar.

Habladme del disco, de si estáis contentos con él y de si representa lo que queríais o es sólo un primer paso.

(J.A.) Estamos satisfechos y contentos con nuestra primera criatura. El título ya lo indica (gloat = relamerse), nos relamemos pero no de pura satisfacción, sino porque viene más.

(C.I.) Es sólido, espartano y variado. Creo sinceramente que es un muy buen disco de punk y que es la primera piedra de un trabajo largo. Eso espero.

¿Qué significa para vosotros el rock&roll? ¿Tiene que ser inevitablemente minoritario?

(J.A.) Nuestro estilo, como muchos otros, es minoritario. Creo que la mayor parte de la gente no entiende la música como una necesidad. No está en el "top five" de la gran mayoría, ni siquiera en el "top ten".

¿Cuál ha sido vuestro mejor concierto hasta ahora y por qué?

(J.A.) De momento, a mi me gustaron mucho los dos últimos, en la sala Karma con Flip Corale y los Macabros (para la Anglogalician Cup); y en la Iguana de Vigo con los atronadores Chingo Mongol. El primero porque hubo gente muy animada, y el segundo porque hicimos un dúo de bandas aplastante y terrorífico, a pesar de la poca gente que pudo sufrirlo. Tampoco quiero olvidarme de los que hicimos fuera de Galicia, en León, Zamora o Madrid, donde siempre nos lo pasamos muy bien. En León (tocamos con el gran Nacho y Reyes, de Art&Beauty) porque nos hicieron parar antes de terminar el concierto ya que, al parecer, habíamos saltado el limitador de sonido; en Zamora por el garito que nos acogió —el Scándalo Club Moderno— y en Madrid por ser nuestra segunda casa, y el lugar donde por ahora encontramos más hienas afines a la familia telepática.

¿Por qué no se componen canciones con líneas predominantes de bajo? Me estoy acordando de «Walk On The Wild Side» o «Black Is Black». Como bajista, ¿cuál es tu opinión acerca de este instrumento al que se le reconoce poco su peso en el rock?

(C.I.) Creo que tiene un peso enorme y que por cuestiones estéticas no se lo reconoce quien no sabe. Por otro lado creo que está bien así, en la sombra. La gente no va exhibiendo por ahí su espina dorsal, lo cual no le quita importancia.

¿Cuál es tu bajista preferido?

(C.I.) El rock vive bajo la tiranía de la guitarra, cosa que en otras músicas no pasa ni pasó nunca. Estaría bien que se liberara un poco. Yo soy muy poco mitómano, no me conozco los nombres de esos supuestos “monstruos del bajo” ni quiero conocerlos… están ahí y con eso me basta. Me gustaba Robert Trujillo en los Suicidal Tendencies, era de otro mundo. Por desgracia, la avaricia le ha vencido y ha acabado en una banda de saldo como Metallica, que hicieron su último disco bueno hace unos 20 años. Me gustan los bajistas martillo pilón, porque estoy cerca de ellos. Me gusta Lemmy, aunque casi se lo puede considerar un guitarra rítmica. Siempre he tratado de ser imaginativo con el bajo, pero no soy gran cosa técnicamente, así que ahora voy más a lo funcional, al servicio del grupo, sin más. Sin embargo siempre he encontrado dificultades a la hora de grabar. Por unas o por otras el sonido final del bajo no es el que yo quiero. En eso debo trabajar. Ha habido una hornada de bandas en lo últimos diez años que no tenían bajo. En general, una de las guitarras al final acaba haciendo el trabajo del bajista, lo cual es bastante absurdo. Aun así, Federation X se lo montaban muy bien, The Hells molaban y los Enablers son la hostia… Los Joy Division siempre me han fascinado y en ellos el bajo estaba tremendamente presente. Y creo que en el hardcore en general tiene una importancia absolutamente capital.

El rock&roll es música y letra. De lo primero, hay buena mucha; de lo segundo, hay buena poca. ¿A crees que es debido que no abunden los buenos letristas en el rock?

(C.I.) Creo que hay muchos buenos letristas de rock y creo que no hay tantos buenos músicos como piensas, si entendemos buen músico como algo más que un buen ejecutante o algo distinto a un buen ejecutante. Imaginación y estilo… no hay tantos que lo tengan… actitud, libertad… Yo vengo, en cierto modo, de un mundo personal que es literario, siempre he escrito, así que es normal que cuide ese aspecto. Sin embargo el rock&roll es terreno minado para quienes intentan ir de literatos, porque mezcla lo alto con lo bajo, y si pierdes el punto callejero, es una mierda. En España, los que cantan en castellano suelen estar en un lado o en otro, en el macarrismo cutre o el lirismo exacerbado, cuando lo demoledor es la mezcla exacta. Pero es muy difícil. El ejemplo perfecto de cómo hacerlo bien fue Josele Enemigos de la época de la trilogía de La Vida Mata, La Cuenta Atrás y Tras El Último No Va Nadie. O Fernando Alfaro cuando no se ponía a hablar de las estrellas; el Alfaro que decía: “Bienaventurados los sucios de corazón / Echando cinco duros verán a Dios”. O el Corcobado de «Ladrada Del Afilador», O Roberto Iniesta, o el Albert Pla de No Sólo De Rumba Vive El Hombre, o los Leño, o los Burning, en sus buenos momentos, o Rafael Berrio, que para mí, a día de hoy, es el mejor letrista de este país. Hay mucho letrista bueno, pero hay un mar de patanes, para compensar. Y al país lo que le gusta es el fútbol. Ah, y Nacho Vegas es un pesado de la hostia.

¿Qué es más difícil, escribir una buena música o una buena letra?

(J.A.) Obviando lo de "buena", para mí es más difícil escribir una letra; la música la excreto con mayor facilidad.

(C.I.) La conjunción es lo jodido, pero si me fuerzas, es más difícil hacer una buena letra. Y mucho más difícil aún que la gente se moleste en entenderla. Si es en inglés, ya ni hablamos. Así que se hace por satisfacción propia. Jamás ha venido nadie a decirme: “Hostias, escuché tu disco, que buenas letras… o qué malas”. Sencillamente nadie las escucha ni se las lee, con la excepción de mi amigo Juan Fake, Dios lo guarde.

Dinos, en tu opinión, cuales son los tres mejores letristas de la historia del rock y otros tres actuales en los que tengamos que fijarnos.

(C.I.) Aparte de los españoles citados anteriormente, te doy una lista de favoritos personales a vuelapluma… Bob Dylan, Shane MacGowan, Morrisey, Aidan Moffat, Michael Gira, Gareth Liddiard, Leonard Cohen, los Felice Brothers (escriben muy bien, no sé quien las hacía exactamente), Julian Cope, Thalia Zedek, Howe Gelb, Jarvis Cocker, Lou Reed, el tipo de los Pissed Jeans, Grant Hart (Bob Mould en su época, también)… y los Poison Idea hacían unas letras cojonudas, en su palo. «Nation Of Finks» me parece especialmente aplicable a este tiempo y este país…

En «Ground Zero For The Soul» parafraseas a Blake.

(C.I.) “El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría”. Me gusta Blake, aunque la cita modificada que hago es una ironía. Tiene, sin embargo, una frase que adoro y aplico: “La misma ley para el león y el cordero es opresión”. Vivimos en esa opresión.

No es el único escritor al que haces guiños. ¿Puedo ver referencias a Emily Dickinson?

(C.I.) Sí, sí. Emily era más punk —vía nihilista— que el más punk que me presentes. Iggy es una ursulina a su lado.

El folk de los 70's con su pacifismo barato de escaparate produjo infantiles y sonrojantes letras a la paz, al poder político, al feminismo cutre, al armamento de guerra y a la energía nuclear. Este error de no aprovechar debidamente la potencia del folk en pro de utilizarlo para que ceda espacio a la poesía política de catálogo, ha costado que durante años se haya devaluado. ¿Crees que sería interesante recuperar el folk inteligente como ariete en estos tiempos convulsos? Parafraseando a Woody Guthrie, ¿el folk podría matar fascistas?

(C.I.) Si nos ponemos a matar, habría que matar a demasiada gente. La música es integradora, dentro de sus posibilidades. Ahora hay un cierto retorno a los 70, toda esa psicodelia “americana” de supuesta vanguardia pseudopastoral. Es normal, siempre se recupera lo peor, así nos alimentamos. Si era sonrojante entonces, imagínate ahora. El rock&roll es música folk. Hace mucho tiempo que lo es, si no lo es de raíz. Música hecha por el pueblo y para el pueblo. En ese “pueblo” incluyo al ser humano en general. En La Diosa Blanca, Robert Graves habla del dilema de los viejos bardos cuando se unificó el reino de Gales, en el año catapún: servir al rey, vivir bien y aceptar que les dictasen sobre qué podían cantar y sobre qué no o bien ir a su rollo, mandar al rey a tomar por culo y pasarlas canutas en nombre de su “sagrada” libertad de expresión (que tampoco era en realidad, tal, es un resumen vago, podéis leerlo). Te puedes imaginar de qué lado estamos. Nada ha cambiado, en realidad.

Los Sex Pistols dijeron más con: “Dios salve a la Reina / A su régimen fascista / Te convirtió en un subnormal / Una bomba-H en potencia”, que José Antonio Labordeta con esa memez titulada «Oda al Misil». ¿Son los Pistols una prueba de que ser buen escritor no es escribir bien sino saber transmitir ideas y conceptos?

(C.I.) Un buen escritor que no es capaz de transmitir no es un buen escritor. Sin embargo, el tema es espinoso, porque muchos grandes escritores mueren incomprendidos. La mayor parte, supongo. El problema es a quién transmitir y si esa persona está preparada para recibir. Pretender que te entienda la masa es absurdo, porque esa masa ha sido programada para no entender. De hecho, considero que gran parte del proceso de educación personal de cualquier hombre consiste sobre todo en desprogramarse. Y sin embargo, hay gente con un carisma especial que es capaz de conseguir comunicar con simplicidad y hacerse entender por cualquiera. Eso es un genio. Jesucristo, Bob Dylan, esa gente…

Quiero pararme en una canción de vuestro disco que me tiene intrigado: «17/35», una descripción sobre relaciones sexuales entre personas con fuertes diferencias de edad. Me suena a Motörhead/Cosmic Psychos. ¿Ha sido premeditado utilizar como canal sonoro a estas bandas para contar un espinoso tema de sexo?

(C.I.) Es una descripción de las relaciones sentimentales entre gente con una cierta diferencia de edad, contada desde quien es mayor y ve que, probablemente, el único contacto real con la otra persona es el sexo y quizá el chute de potencia que alguien más joven siempre trae. Si hubiese sido contado desde el otro lado, sería distinto, pero es que tengo 37. A Avalanch y a mí siempre nos han gustado los Motörhead y los Psychos, y otras doscientas bandas, pero no es premeditado, nunca lo es. No. Hay algo que deben entender quienes nunca han tocado en una banda de punk y es que todo sale de una manera rápida, a trompicones, como se puede, en los ensayos, en ratos muertos, a ráfagas. Jamás se dice: “vamos a hacer una que suene a Cosmic Psychos”, simplemente está incrustado en tu ADN, así que va por ahí. La vaca muge, la rata folla y nosotros hacemos temas así… Luego puedes pararte y pensar: “coño, suena a esto”. Es como decir: “coño, me parezco a mi padre”. Pues claro… En general estoy contento con el disco a ese respecto: es simple, pero no tanto, y se tocan palos muy diversos, hay agresión, hay melodía, hay velocidad y lentitud. Hay dinámica. Con más tiempo de grabación y para una producción que mimase los detalles se podría haber destacado más esa variedad, pero lo grabamos en dos días y medio y lo mezclamos en uno y medio. Es un trabajo espartano y una victoria pírrica.

Un halo de tristeza y pesimismo cubre al álbum, desde el dolor y llevar el alma por debajo del cero en «Ground Zero For The Soul», a la miseria variada en«Please», el fracaso en las relaciones en «Takin' The Cure» y la soledad del hombre en «Leaving Train». ¿Casualidad? ¿Los tiempos que corren? ¿O la madurez de un escritor que ya ha doblado los cuarenta y tiene más cosas que contar que lo de chicas, motos y cerveza?

(C.I.) Me gustan las chicas, las motos y la cerveza, aunque sobre todo las chicas, porque prefiero el whisky y los coches. Soy un buen copiloto. Además, ninguno hemos cumplido los cuarenta, aunque prometemos invitar a los fastos, cuando proceda. Sacrificaremos jabalís y decretaremos un año de orgía perpetua que probablemente dure día y medio. En cuanto a lo del pesimismo, bueno, creo que escuchado simplemente Gloat es un disco potente, en su punto, sin pasarse de revoluciones, más lento de lo que es nuestro directo. Creo que suena energético, un poco oscuro, acaso. Las letras, las mías, son otra historia. No soy una persona pesimista ni negativa en mi funcionamiento diario, pero es cierto que mi visión del mundo es sombría y algo sarcástica. No sé si puede ser de otra manera a ciertas alturas y haciendo este tipo de cosas. Cuando uno es feliz, se dedica a eso: a ser feliz. Cuando tiene problemas busca respuestas y salidas, y algunos lo hacemos en forma de canciones. El grito de rabia o de auxilio o de crítica es la obra, pero el hombre no es sólo la obra. Hay tres o cuatro canciones en el disco que hablan de lo mismo, aunque no fue intencionado: el fracaso de las relaciones sentimentales, la disgregación, la corrupción y la locura que implican cuando van realmente mal. He sobrevivido, así que lo cuento. Luego hay dos o tres temas de Avalanch, incluidos «The Butcher» (el carnicero) y «Burglar» (ladrón). Sospecho que intenta hacer una lista de oficios extraños, pero eso te lo tendrá que contar él.

Avalanch, ¿cuál es la temática de las letras que escribes, como «Burglar» o «The Butcher»?

(J.A.) No soy muy bueno con las letras. Simplemente trato de que encajen con la melodía que tengo en la cabeza, procurando que tengan una temática única para no desvariar demasiado. Últimamente hago letras sobre profesiones o personajes mil-milenarios. «The Butcher» puede verse como una crítica a la sociedad de consumo y de la apariencia, o simplemente como la historia de un psicópata. «Burglar» trata sobre un ladrón amable con amplia cobertura.

Escuchado el disco, y viendo que hay una temática similar, eres el músico perfecto para que nos des tu opinión acerca de la Ditch Trilogy (Time Fades Away / On the Beach / Tonight's the Night) de Neil Young.

(C.I.) Hacemos una versión de Neil en directo de vez en cuando, «I've Been Waiting For You», aunque ahora se la hemos pasado a nuestro nuevo grupo paralelo, Magog. No es ni de lejos uno de mis favoritos de Neil, pero suena muy bien. Es rocosa y sensible. No creo que Neil tuviese un afán de hacer algo conceptual. El concepto viene a ti, a veces, de manera inevitable. Si has estado lidiando con determinadas cosas mucho tiempo, problemas que han calado y te han cambiado la vida, al final, aparece, y no es raro que una parte grande de tu trabajo vaya sobre un tema concreto. Quizá eres consciente, pero no lo fuerzas. Quien no escribe mucho quizá no lo entienda, pero una mano entrenada va muy rápida y es fácil que salgan esas obsesiones constantemente. Puedo hacer una canción sobre un rodeo, pero nunca he estado en uno, tendría que pensarlo, decidirlo, planearlo. Meditar sobre la destrucción de las relaciones o sobre el sinsentido de la vida, en cambio, es circular por mi terreno natural, así que… En todo caso, reitero que me gustan las mujeres, el whisky y los coches. No por ese orden… y mi favorito de esa tríada de Neil Young es On The Beach, suena gloriosamente deslavazado y crepuscular, aunque no soy una eminencia en el tema.

Musicalmente no estamos demasiado cerca de Neil Young, en todo caso, a no ser por la crudeza y la sencillez… ¿De quién estamos cerca? No lo sé. Me gustaría pensar que estamos cerca de aquello que se llamó Northwest punk americano y de bandas inclasificables como Hüsker Dü, Replacements, Unsane, Jesus Lizard o Federation X… por espíritu más que nada, pero las comparaciones me la sudan. De puro común, Gog es único.

Por cierto, ¿qué quería decir Neiler en «Down By The River» con aquello de: “A la orilla del río, le pegué un tiro a mi chica”?

(C.I.) Ni idea, aunque podría estar expresando un deseo común y soterrado de la casta masculina. Alguna cantautora habrá dicho probablemente lo mismo, aunque de otra manera y prefigurando una muerte más dolorosa y menos piadosa y expeditiva. No hay ninguna pasión brutal que no implique un lado oscuro.

¿Hay una escena musical de interés en Pontevedra ahora mismo?

(J.A.) Al menos mayor de la que había hace 15 años desde luego. Hay bastantes bandas funcionando y sitios como la sala Karma o el Liceo Mutante con programación regular de conciertos, por no hablar de diversos tugurios bastante recomendables en los aledaños.

(C.I.) Hay movimiento y buenas bandas en eclosión. Siempre hay algo en cualquier parte, si se sabe mirar.

Autor: Manuel Beteta

 

Autor: Manuel Beteta

Bookmark and Share