Orson Welles dijo en su día de Stanley Kubrick que era el “gigante de la generación joven”, y algo así podría aplicarse a varios nombres de la nueva hornada punk y post-punk nacional caracterizada por recuperar nuestro idioma en los textos y adentrarse en terrenos menos confortables y más angustiosos que el habitual punk-pop melódico que ha imperado en las tres últimas décadas. Dicho de otro modo, diríamos que las nuevas y jóvenes bandas punk españolas miran más hacia Interterror o Espasmódicos que hacia Los Nikis o Los Vegetales. En esa onda se mueven unos Futuro Terror cuyo enorme mérito es haber facturado tres elepés que siendo distintos entre sí les han granjeado cada vez más simpatías y conseguido más seguidores sin perder a sus primeros fans. Manejan un discurso propio tanto en sonido como en mensaje, que encaja a la perfección en su formato de trío, crudo y acerado sin resquicio alguno. Por la sala Sol pasearon “Precipio”, su disco más envolvente, atmosférico y angustioso hasta la fecha, sin perder de vista los momentos más atinados de sus anteriores trabajos, especialmente su segundo LP “Su nombre real es otro” (abrieron con “Ectoplasma”), que al fin y al cabo todavía perdura en las memorias de los aficionados (apenas tiene año y medio de vida) Traspasaron hasta el tuétano a la audiencia tanto en sus momentos más espídicos (“Precipio”, “Futuro Terror”...) como en esos medios tiempos para los que tan inspirados se muestran (“Salir de aquí” o el intenso “Aelita”) sin perder de vista sus comienzos con Discos Humeantes (y así cayeron andanadas del calibre de “Veneno”, “Sangre” o “Maria Orsic”) , pero sobre todo transmitieron una angustia y una urgencia durante todo el bolo absolutamente necesaria a recuperar en la música punk. Angustia y urgencia que de una manera mucho más efervescente y anfetamínica pero igualmente adictiva se percibía en sus predecesores La Plata, con una apuesta tan deudora del post-punk como de la new wave. Qué tengan un solo año de vida parece una broma pesada para una banda tan inspirada que hace que su único trabajo editado, un 7” de tres canciones para Sonido Muchacho nos haya dejado con tantas ganas de más melodía y nervio. Y es que en ambos casos, tanto con Futuro Terror como con La Plata padecimos esa misma sensación de incomodidad e inconformismo, aunque si con La Plata nos enfrentamos a un horror nihilista propio del Brett Easton Ellis de “Less Than Zero” (un hastío perfectamente expresado en “Esta ciudad” o “Un atasco”), con Futuro Terror fue asomarse al vacío existencial propio de un Tarkovsky, parido por estos cosmonautas del punk. Y es que lo que parece claro con estos nuevos abanderados de otra enésima y eterna “blank generation” es que no puede haber lugar para las conciencias relajadas.

Fotografía: Nieves Solano 

Autor: Pepe Kubrick