La Jon Spencer Blues Explosion no ha tardado mucho tiempo en fraguar el álbum sucesor de Meat and Bone. Un trabajo que se convierte en homenaje a la ciudad de Nueva York y sus barrios más representativos: Bronx, Brooklyn, Queens, Staten Island y, por supuesto, Manhattan. Y en el que han querido plasmar todos los íconos de la ciudad, léase metro y taxis amarillos, rascacielos, policía, CBGB, prostitutas, el humo que sale de las alcantarillas, las hamburguesas y perritos calientes callejeros, Central Park… Una postal sonora que recorre los mejores y peores rincones de esta urbe cosmopolita y variopinta. Para tal efecto han construido un disco eclíptico, cocinado a fuego lento en Daptone House of Soul y mezclado por el productor Alap Momin, donde las melodías se deconstruyen al venenoso ritmo del funk, hip hop, groovy, blues y rock and roll. No es el mejor álbum de su carrera pero sí uno de los más sobresalientes de la última década y en canciones como «Wax Dummy», «Do the get down», «Betty Vs the NYPD», «06-Born Bad», «Crossroad Hop», «Dial up Doll» o «Tales of old New York: The Roc», entre otras, Spencer, Simins, y Judah Bauer te harán sudar, mover los pies y agitar las caderas compulsivamente, porque tienen gancho, energía y todos aquellos ingredientes que componen un buen disco de rock.  Treinta seis minutos bien aprovechados que dejan con ganas de mucho más y que nos devuelven al explosivo trío en estado de gracia. 

Autor: Rafa García-Moreno