Conciertos

 

19-02-2016

Fiesta Animal Records. Los Imposibles, La Ruta y Stupid Baboons. Sala Caracol, Madrid


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Desde mi modesta visión de aficionado, cuando rememoro aquellos explosivos años 90 plagados de pequeños pero productivos sellos independientes, emisoras de radio libre, y fanzines salpicados de rock’n’roll en sus páginas de papel, siempre me refiero a dos escuderías capitales para comprender el espectro de bandas que sacudieron nuestro panorama nacional: Animal Records y No Tomorrow, los primeros enarbolando la sesentofilia y los segundos el punk-rock, se convirtieron en los sellos más honestos y coherentes y primeros en apostar por una serie de músicos que en muchos casos han seguido sus carreras para solaz disfrute del aficionado. La idea de homenajear a Animal, iniciada en principio por Lazy Juanma (responsable de Bickerton Records, escisión de Sunny Day y que debe ser considerado digno heredero de Animal), adquiría auténtico viso de acontecimiento, consiguiendo reunir para la ocasión a dos de las bandas más queridas del sello en su día, Stupid Baboons y La Ruta, junto a quienes fueran auténtica bandera del label madrileño, los incombustibles Los Imposibles. 

En mi caso particular, no podría entender mi evolución musical sin la existencia de Animal Records, cuando como aficionado “de provincias” recibía aquel pequeño catálogo en papel tanto con las novedades del sello como con la distribución de los mejores sellos internacionales (Detour, Screaming Apple, etc) Gracias a Animal no sólo descubrí a las mejores bandas nacionales del entorno 60’s del momento, si no que fui consciente de la aparición de bandas increíbles como los Bogeymen o los Clique. Palabras mayores en todos los casos.

Había por tanto algo especial en el ambiente, se podía sentir flotando la magia, pese a lo intempestivo del horario (debido a la política de la sala de alquilar el local para dos eventos al día, en un afán especulador y lucrativo tan propio de estos infames tiempos) Los bares colindantes acogían a una parroquia entusiasta que aguardaba pacientemente el final del evento metalero que precedía a la fiesta. Caras conocidas, clásicos malasañeros, y la enorme reverencia demostrada ante la aparición del maestro Juan de Pablos (infatigable y bullanguero toda la noche), daban cuenta de la importancia de la velada, abierta por unos Stupid Baboons por los que no parecíó en ningún momento haber pasado el tiempo. 

Los Babuínos dejaron en su corta carrera un par de elepés y singles, todos ellos editados con Animal Records, pero lo que no recordaba, y eso que les vi en algunas ocasiones en su momento (tres o cuatro veces, no lo puedo precisar), era lo realmente incendiario de sus actuaciones. Suyo fue el honor de abrir la noche, bajo los acordes de aquel “October in The Rain” que supuso su debut y dejaba bien a las claras su absoluta querencia y devoción por el universo Kinks. La calma vodevilesca de su tema más Ray Davies dio paso a la posterior tormenta de garage/rythm’and’blues en la que se mueven (se movían) como peces en el agua. También fue fantástico recordar lo extraordinario frontman que es David Lorenzo, ese sosías de Art Garfunkel al que nos hemos acostumbrado tanto a verlo colgado de una guitarra con Los Imposibles que habíamos olvidado su capacidad para poner en llamas un escenario con su sola voz y presencia, presencia escénica que sigue conservando Hernán Jaén, imagen icónica del grupo con su clásico bajo Hofner. Gonzalo del Valle-Inclán, personaje que hace honor a su árbol genealógico, sigue echando fuego cada vez que se pone delante de un teclado, y Javi Vacas puede haber perdido pelo, pero en absoluto dedos ni pericia como instrumentista, al igual que Daniel sigue conservando pegada. Supongo que el mayor piropo que se puede decir a una banda que debe llevar como década y media disuelta es que parecería que han seguido tocando durante todo este tiempo, y en este caso es totalmente cierto. Desde “October in the rain” hasta el “Barefootin” final fue una lección de rythm&blues guitarrero y vacilón 100% Animal Records. Ojala haya más. 

Indescriptible era la emoción que sentía ante la aparición de La Ruta. El grupo de Mieres no sólo fue una de mis bandas favoritas desde la aparición de su lejanísimo primer EP editado por Animal, sino que además se convirtieron en grandes amigos desde la primera vez que los viera, en el 94, en la desaparecida sala Tijuana de León, con su “Paff… Boom!” recién editado bajo el brazo. A partir de entonces innumerables correrías, conciertos y fiestas, muchas de ellas en mi ciudad de Ponferrada, les tuvieron como protagonistas y forjaron una buena amistad tanto en los tiempos de la primera formación, con Chapo, como la posterior con Adrián y Fernando a las guitarras. Su reaparición se basa en el “power trío” que facturó aquel energético “Paff.. Boom!”, con Iván González, el Chapo, a la guitarra y voz. Iván ha tenido posteriormente una reputada carrera que le ha llevado a formar con artistas como Xoel López, Mclan, o Amaral. Pibli González, mayestático batería, es ya un mito de las baquetas cuyo curriculum me niego a volver a repetir porque creo que ya cualquier aficionado debería saberse de corrido. Únicamente Roberto, ese simpar bajista con aire a Michael Caine en su versión más golfa, es quien ha estado más alejado de las tablas. De verdad que se me saltaron las lágrimas. Volver a escuchar en directo canciones como “Mi obsesión”, “Una vez” o “Lonely Time” me puso la piel de gallina. Intentando recuperar algún retazo de la memoria, recordar cómo fueron aquellos espídicos bolos noventeros en, por ejemplo, la Sala Quijote, diría que La Ruta han perdido velocidad pero han ganado contundencia. Sonaron con un vigor más propio del power-pop de los primeros 70 que de la frescura casi naif de aquellos tiempos. Da miedo pensar donde podrían llegar con unos cuantos ensayos serios, dado su actual nivel como músicos. De momento ya están anunciados para la próxima edición del Fuengirola Pop (del 14 a 16 de Julio), cita veraniega ineludible que de esta manera se convierte más obligatoria todavía.  

A Los Imposibles les correspondía protagonizar la incendiaria traca final. Banda ya con larga trayectoria a sus espaldas, no puede haber otra con mayor vinculación a la historia del sello homenajeado que el grupo que contra viento y marea mantiene un Paco Poza a quien la sordera mayoritaria de este país impide otorgar el reconocimiento que merece y que sin duda tendrá en el futuro. Los madrileños conquistaban los corazones sesentófilos españoles en el olímpico 1992 con aquel “Hoo-Ha!!” en el que Los Brincos se cogían de la mano de los Stones época Brian Jones como nunca antes se había visto en nuestro país. Aquel LP era precisamente la referencia 001 de un nuevo sello llamado Animal Records fundado por Gonzalo “Lagarto” Grondona junto a su pareja sentimental por aquel entonces, Irene Ruíz (miembro de ese tifón malasañero que eran las hermanas Ruíz) Lagarto, a la sazón, se trataba del batería de la banda. Decidido a no esperar por una discográfica que confiara en Los Imposibles cogió las riendas del asunto para editar él mismo el trabajo de su grupo, sin saber que con aquella decisión iba a cambiarnos la vida a muchos jóvenes coleccionistas compulsivos. Todavía recuerdo aquellos fliers que anunciaban la aparición del nuevo sello, con el primer LP de Los Imposibles y la reedición del “Fuzz Face” de Sex Museum publicitados de manera conjunta. 

Los conciertos de Los Imposibles suelen ser una fiesta, siendo una de las bandas de la actual escena con una mayor capacidad para interactuar entre el público, absolutamente fiel y devoto tras tantos años de carrera. Pero en esta ocasión estaban especialmente desatados. Conscientes de la importancia del evento, hicieron un somero repaso a su ingente discografía mientras el escenario se convertía en un continuo trajín de músicos, ex –miembros y amigos de la banda, caso de Dani, antiguo bajista y ahora embarcado en el psicodélico proyecto Melange, quien se subió para mostrar sus habilidades al sitar, o el ínclito Gonzalo del Valle-Inclán, cuyo pequeño regreso a tierras españolas desde su actual morada polaca para el concierto de Stupid Baboons también fue aprovechado para recordar sus tiempos a las teclas de Los Imposibles, además de Iván, miembro de Los Buhos, banda castellonense que fuera otra de las enseñas del sello. Con Lagarto e Irene consecuentemente homenajeados, el “Get Ready” final con una decena de músicos sobre el escenario hizo palidecer a los mismísimos Rare Earth. No podía ser de otro modo. 

Lo tardío de la hora de comienzo, por las causas ya citadas de la política de eventos de la sala, no dejó demasiado tiempo para que titanes como Vic Iwanna, Sergio Gil,  Esteban Imperial Surfers, o el propio Lagarto, nos deleitasen a los platos. Aun así aprovechamos lo que quedó de noche para continuar con la deliciosa confraternización del momento recordando y agradeciendo todo lo que nos dio Animal Records. Nunca lo valoraremos lo suficiente.  

Fotografía: JLAndrade

Fotografía 2: Patricia Santiago

 

Autor: Pepe Kubrick

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