RESEÑAS DISCOGRÁFICAS

 

Los Negativos

Duplexin


1

Butterfly/Geyser

Admito que como fan irredento de “Piknik Caleidoscópico” cada vez que me enfrento a nuevas grabaciones de Los Negativos no puedo evitar hacerlo sometido a la perspectiva de que son los mismos músicos que parieron una de las mayores cumbres de la historia del pop psicodélico y del revival garage universal. Después de casi 30 años de aquella biblia maldita, de aquellas “Flores del Mal” en forma de canciones, llego a la conclusión de que cada nuevo tema de la banda barcelonesa no hace sino ir conformando piezas en un particular puzzle (así titularon a su álbum de 1996 en el sello Al-leluia) en el que todo encaja y se complementa, siendo “Duplexin” un perfecto y majestuoso (y esperemos que momentáneo) cierre de círculo a una carrera absolutamente personal, a un universo particular y a una imaginería propia.

Así, cuando tras deslizar la aguja en el plato escuchamos unos luminosos coros deudores de los mejores Beach Boys, y suenan unos arpegios de guitarra empastados en acordes que dan entrada a la voz de Carles Estrada, sabemos que sólo pueden ser ellos, y que de nuevo tenemos una colección de canciones para llevarnos “muy lejos de aquí, donde no existe el gris”, como afirman en este “Callejeando en Soledad” que abre el LP y dedican, como no podía ser de otro modo, al desaparecido Alfredo Calonge, una de las piedras angulares del particular universo Negativo y cuyo espíritu palpita vivo en cada surco del disco. Esa obsesión por no perder el “ansia de color” (título de otro de los temas y con el que homenajean al imprescindible y lisérgico fanzine de Fernando Campillo) es otra de las características que han impregnado desde siempre el particular mundo Negativo. Las letras de nuevo vuelven a ser un punto fuerte, ya que sólo esta banda es capaz de transferir tanto misterio a cosas que en apariencia se nos presentan como mundanas (como ese “Día Lluvioso” que acaba transformándose en un espectáculo delirante, onírico y circense) Simbolismo y psicodelia (grillos fisgones y sapos bribones que se cuelan en nuestra imaginación gracias a “Bollo de Canela”, canción para la que cuentan con el refuerzo del Euroquartet de Barcelona) y referencias icónicas a la mitología pop tanto universal como local, haciendo convivir a Michael Caine con los hermanos Gil de Brighton 64, o a Carnaby Street con el barcelonés club Boiler. Una andanada de deliciosos guiños que hacen al oyente estar alerta ante cada nueva aparición de un personaje o héroe del panteón particular de Los Negativos, en el que puedes encontrarte desde el Profesor Franz de Copenhague (responsable de “Los Grandes Inventos del TBO”) hasta un Salvador Dalí revivido, al igual que Marylin Monroe, por obra y gracia de un sampler en la impresionante “El Pasaje de Doña Amalia”, cumbre psicodélica que resplandece por pleno derecho y se erige en monumento destacado de su carrera como una de las piezas mejor construidas nunca por estos particulares psiconautas de la melodía.

Los parámetros musicales son fieles a la estética Negativa de siempre, transitando desde el desnudo folk de títulos imponentes (“Sicodelia en Salambo Road”) hasta la pomposidad de “A Tumba Abierta”, magistral tema con el que nos impactaron el pasado año en un single adelanto con una producción musculosa que remite tanto a esos Dexy’s Midnight Runners citados en la letra pergeñada por Valentí Morató como a los Kinks más elaborados del “Arthur”, o como incluso a recientes aventuras del brit-pop más épico. Una canción que adquiere visos de biografía musical del propio Alfredo Calonge, al estar inspirada en una entrevista que Kiko Amat realizó al desaparecido guitarrista. En aquel single también homenajeaban al imprescindible Kike Turmix, quien nos dejara hace diez años, en una canción de riff pesado y agresivo, ofreciendo uno de los momentos más ásperos y crudos dentro de un disco en el que entre tanta caricia también se rockea. Ahí está ese burningiano título de “Las Chicas del Bar del Canal”, o la muy cool y envolvente “La Reina del Juke Box”, remitente al “Whatever Gets You Thru The Night” de John Lennon. Pero la sorpresa llega con “Como Michael Caine”, y es que hablamos de posiblemente del tema más bailable de toda la discografía Negativa. Una flamígera pieza en la que entre wah-wahs y Hammond uno se ve trasladado a los hipnóticos sonidos de Los Bravos en manos de Alain Milhaud, para desembocar en un estribillo temperamental y latino absolutamente irresistible que hubiera firmado el mismísimo Peret. Los Negativos se desgarran la camisa en uno de los temas más sorprendentes de su carrera.

Para darle mayor enjundia al cocktail, Enric Lindo, alquimista particular del “Piknik Caleidoscópico”, vuelve a ejercer de mago del sonido para redondear una obra tan refulgente. Sabias manos para certificar que Los Negativos definitivamente no viven en el (y del) pasado, si no que de su exclusiva paleta de colores musicales siguen saliendo ideas que acaban tejiéndose en canciones soberbias capaces de mirar a la cara sin complejos a los embriagadores himnos de “Piknik…”, y es que si aquello de “fue un viaje rápido y un picnic genial” nos sigue poniendo la piel de gallina, no menos lo consiguen a partir de ahora con ese “amigo has de saber que sin ti en este viaje jamás habría burlado al revisor” del tema que da título al LP, y uno se imagina que ese revisor trabaja en aquel recordado tren que “nunca va a su ahora oficial, depende de si el conductor se ha comido un pez”, cerrando el círculo de manera perfecta. Y así finalmente el nuevo disco de Los Negativos, más allá de representar una solemne pieza de madurez se convierte en una gozosa borrachera de fantasías, sueños y melodías. Es decir, lo que más se podría esperar de ellos e incluso superando todas las expectativas. Enhorabuena. 

Autor: Pepe Kubrick

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