Conciertos

 

29-06-2015

Azkena Rock Festival 2015. Mendizabala, Vitoria


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Para que no haya sustos ya aviso que esta va a ser una crónica particular, sesgada, alcohólica y resumida de una nueva, divertida y llena de fraternidad edición del Azkena Rock. Supongo que para la inmensa mayoría de lectores de Sonic Wave este es su festival favorito y para mí también lo es. Esta edición no parecía contar a priori con artistas tan atractivos como otras. Pero no era del todo cierto, ya que en las segundas, terceras y hasta cuartas parrillas de salida había nombres de mucho interés.

Como ya hemos adelantado en cierta forma, el ambiente fue inmejorable y esa sensación de festival sin agobios ni masas excesivas es otra de sus virtudes. 26000 personas (aunque muchos de nosotros ya no lo éramos a ciertas horas) entre ambas jornadas. El tiempo climatológico acompañó de lo lindo en esta ocasión y a ratos calentó lo que no estaba escrito. ¡Justo lo que necesitábamos para recalentarnos más nuestras maltrechas seseras!

El sonido en general fue muy bajo y a veces decepcionante. Eso sí, gracias a Dios, mejoraba algo cuando estabas en las primeras filas. No sé si sería porque se escuchaba más el sonido interno de las bandas que el general. Por cierto, tampoco me gusta nada lo del tercer escenario. Es innecesario tener que escoger entre dos buenas bandas. Más aún cuando tras contemplar a la banda seleccionada crees que te has equivocado. Con dos escenarios hay tiempo suficiente para preparar el siguiente de cara a la siguiente banda y no tienes porque perderte buenas actuaciones.

Ahora vayamos con lo más destacado para un servidor por jornadas. El viernes comenzó de miedo el festival con un ambiente muy agradable y muchos seguidores de Highlights, los últimos ganadores del Villa de Bilbao. Con su gran y variado hard-rock que finalizó con impecable versión ya conocida de los U.F.O. fueron los que mejor sonido tuvieron en el día. A los pocos presentes se nos puso ya una sonrisa de oreja a oreja ante la que se nos venía encima. Pero no fue así. Hasta la llegada, varias actuaciones más tarde, de un cada vez más grande y entretenido JD McPherson no volvimos a bailar y sonreír con ganas, aunque tampoco es que se escucharan las guitarras como debieran. Mi punto fuerte del día era Television y no me decepcionaron en absoluto. Llegamos adelante, con tiempo, y por eso pudimos gozar de las diabluras que Tom Verlaine y Jimmy Rip hicieron con sus respectivas guitarras complementándose a la perfección y trenzándose cuando las grandes canciones del “Marquee Moon” así lo requerían. Con “Tom Curtain” creí estar cerca del cielo, aunque también eché de menos un mayor volumen y algún bis en forma de canción del “Adventure”. La otra actuación destacada del viernes fue la de Lee Bains III & The Glory Fires que si ya me habían encantado con su reválida, “Dereconstructed”, en directo comprobé que la grandeza que les atribuía era con razón. Tengo ganas de degustar su rock sureño del nuevo milenio de Alabama en una sala más reducida. La única pega es que por acudir con margen a ZZ Top no pude gozar de un show completo que seguro dio más de si aún.

El sábado comenzó todo de miedo. Otra vez acompaño el tiempo soleado y el ambiente. Así el fiestón que hicieron los holandeses Sven Hammond por la mañana gratis y en la Virgen Blanca fue sensacional. Acabaron con la gente (servidor incluido) sobre el escenario y con toda la peña bailando y sonriendo. Ellos los primeros que no se creían como su soul, funk y rock habían encendido al personal. Muchísimo mejores, y con mucho mejor sonido claro, que la tarde anterior dentro del festival. Los hermanos Kim y Bo Jeppesen que lideran Powersolo ya demostraron que le daban a todo respaldando a los Heavy Trash de Jon Spencer. Cumplieron muy bien a una hora bien temprana. Cracker fueron unos cracks y brindaron quizás la actuación más memorable del festival. El estado de forma de David Lowery y Johnny Hickman es sensacional. También su estado creativo como demostraron el pasado año con “Berkeley To Bakersfield”. Cayeron varios temas de él, pero también sus clásicos “Low” o “Euro-Trash Girl”. Para el que esto escribe la guitarra de Hickman fue la que mejor sonó de todo el festival y eso que siempre me encantaron las de Television. De la espectacular “nebulosa” que tuve a continuación aprecié el poderío y la versatilidad del prometedor John Paul Keith. ¡Todo un futuro Elvis Costello a tenor de lo escuchado en su concierto y también en sus flamantes discos! Hasta me dijeron luego que se ganó un bis.

Tras un obligatorio descanso y una imprescindible reposición de fuerzas gastronómica volví a gozar de la lindo con el litúrgico final de festival a cargo de unos más góticos y siniestros que nunca, Wovenhand. El predicador con su gran cruz al cuello dejó un poco aparcado sus acercamientos al folk y a la música de raíces para acercarse a su lado más rockero dado el momento y el tipo de festival. Fue un acierto y un gran remate de festival. Ya habrá ocasión de contemplarle en su lado más “reposado” en posteriores “sermones” en salas cerradas. Tampoco el sonido fue el idóneo pero en primera fila la “misa” era más apreciable y disfrutable.


Ahora, como despedida, viene la otra cara del festi. El lado negativo o, al menos, no tan positivo. Los cabezas de cartel fueron sendos fracasos.  ZZ Top fue más bien decepción porque esperaba mucho más. Pensábamos que eran dobles con barbas postizas y hasta en las primeras canciones pensé que se las quitarían y saldrían los de verdad. El sonido fue muy bajo y sólo los temas clásicos, el homenaje a Hendrix y los vídeos pusieron algo de entretenimiento. De Mastodon creí que pudiera haber gozado algo de su contundente propuesta en directo, pero no fue así. The Duvrokniks sonaron desganados y como el culo. Lo de las coristas ya fue el remate. Ni destacaban con sus voces, ni se notaba su presencia en el escenario. Tampoco D-Generation fueron lo esperado aunque pusieron algo más de ganas. L7 algo mejor aunque se acercaron más al metal y grunge que al punk y yo hubiera preferido lo segundo. También esperaba más de Reining Sound y Ocean Colour Scene fracasaron también sin paliativos. Su elección había sido polémica. Su horario tampoco era el mejor y fue obligado ir a coger sitio para los Wovenhand. ¡Y hasta aquí puedo leer, perdón, escribir! 

Fotografía: Dena Flows 

Autor: Txema Mañeru

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