Un proyecto tan personal, y extraño al quehacer habitual de J, demandaba un fresco elenco. Sus nuevos aliado son Natalia Drago, alias Srta. Trueno Negro, guitarrista y vocalista del underground rioplatense; el bajista planetario Miguel López; el teclista Miguel Martín; el batería Roberto Escudero; y dos guitarristas esenciales, de distintas generaciones y credos, en la escena rock estatal: David Rodríguez y Jaime Stinus. Son ellos, junto a J en guitarras, teclados y voz, quienes grabaron Plena Pausa y quienes no miran al público durante las proyecciones. El estreno tuvo lugar en el madrileño Cine Doré, sede de la Filmoteca. “Lo primero fue Arrebato, un impacto brutal”, confiesa J de su encuentro con el cineasta. “Recuerdo que cuando la vi ya había oído hablar de Zulueta, pero me marcó mucho la historia, la visión del arte, la época. Yo era muy joven en los setenta, pero los recuerdo; ya era consciente de lo que pasaba, escuchaba música y leía Vibraciones. Tenía referencias, así que al ver Arrebato ya estaba avisado. Cuando compongo las canciones trato de entrelazar las ideas de Zulueta que salen en las películas con las mías propias, mezclando similares corrientes culturales. Luego, viendo los cortos, con ese punto autobiográfico, me parece interesante contar historias y emociones personales. En ese momento me digo que voy a contarlo como una cosa mía personal. Por mi trayectoria, me sentí muy identificado con Iván”. Esta sintonía vital entre dos creadores, diferentes épocas y distantes orígenes geográficos, se manifiesta ya en los primeros cortes. «Y La Nave Va», co-escrita con Solea Morente se grabó, como la citada «Natalia Dice», con el grupo argentino 107 Faunos. «Tormenta Eléctrica» exhibe adn Joy Division/New Order, influjo primario de J desde sus inicios. Imágenes de chicas maquillándose en plena Era Glam ilustran el mestizaje transatlántico de «Romeras de Betty Boop». «Soleares del Loco» transluce fatalismo granaíno y, en «Era una Flecha», original del argentino Julián Della Paolera, llueve en blanco y negro sobre Manhattan. «Amén» entremezcla heroína intravenosa —y prácticas cinematográficas— con la matriarca Zulueta y sus perros en la piscina. «Jaleo en la Calle», versión de «Ode to Street Hassle» —es decir, Lou Reed según Spacemen 3— se combina con imágenes de un espontáneo Jesucristo paseando por la playa. Finalmente, «Mi Ego Está en Babia» despide el álbum con magia blanca de estupefaciente ironía “Me ha pasado mogollón de veces que la música sincroniza con la imagen por azar”, responde J al mentarle tan sorprendentes sincronías. “Cuando me mandaron las cinco horas de películas, las visioné con música aleatoria, una lista de Spotify. En el primer visionado con música ya vi que muchas cosas coincidían y de ahí salieron ideas para las canciones. Fue increíble. En varias ocasiones sonaba una canción y coincidía totalmente con la película, y de ahí que haya incluido también versiones. Al final tomé muchas referencias y las canciones no tuvieron una composición muy pura. Hay muchas citas y referencias sugeridas por las películas”. |